El día en que Santi aprobó el ingreso a la carrera diplomática, lo celebramos por todo lo alto. 🍾
Para él, implicaba:
- Fin de la incertidumbre
- Recompensa al esfuerzo
- Aventura y desarrollo personal
- Una puerta a oportunidades laborales excitantes
Para mí, implicaba….
¡Daba igual! Estaba feliz por él.
Tras muchos años acompañando a mi pareja, descubrí mis consecuencias:
- Disminución de la autoestima
- Renuncias profesionales
- Crisis identitaria
- Dependencia
- Soledad
Todo ello aderezado de negación y culpa… “Con la suerte que tengo”.
Una vida en que las necesidades profesionales de tu pareja condicionan no sólo tus necesidades profesionales sino hasta las personales es difícil. Y es que muchas decisiones se empiezan a tomar por ti.
Constatar y verbalizar ese malestar es el primer paso. No te convierte en una persona pesada o ingrata. Sino en alguien resolutivo y práctico que quiere empezar a cambiar las cosas.
Con las emociones no se negocia. Está bien estar mal.
¿Qué necesitarías para estar mejor? 💫