Cada vez estoy más convencida de que, para desarrollar un buen trabajo, e incluso para dejar una huella en la vida, es necesario hacer algo que te apasione.
Lamentablemente, todavía hay personas ancladas en profesiones o puestos que les aburren o no les ilusionan. Como si dedicarse a una pasión fuese una irresponsabilidad o pudiera llevarles directamente a la ruina. Convencidas del peso de su razonamiento, huyen de decisiones más emocionales o instintivas. Olvidando que ese razonamiento puede estar sesgado y no ser tan racional. Y que ese instinto, más automático y visceral, puede no ser tan ilógico…
Identificando tus pasiones
Mudarse al extranjero es un buen momento para reconectar con tus pasiones y darles más espacio en tu vida. Ello requiere averiguar qué es lo que realmente te gusta y te hace feliz.
En mi programa de coaching, trabajamos con diferentes herramientas para identificar esas áreas, reconectar con ellas e insertarlas en los nuevos objetivos en el extranjero.
- ¿Qué querías ser cuando eras pequeña?
- ¿Sobre qué te gusta leer o ver películas?
- ¿Cuándo se te pasa el tiempo volando?
- ¿Quién te inspira por su trabajo/proyecto/estilo de vida?
- ¿Sobré qué tema discutes con más entusiasmo?
- Aunque la mayoría de la gente no lo sabe, ¿de qué disfrutas especialmente?
- ¿Qué necesitan tus amigos cuando acuden a ti buscando ayuda?
- ¿Cuándo te sientes más llena de energía?
- ¿Qué sueñas con hacer?
- ¿Qué harías gratis?
Una vez exploradas e identificadas tus pasiones, el siguiente paso es introducirlas en tu vida. Puede ser a nivel profesional, o simplemente como nuevas aficiones. Qué haces con tus pasiones, si te guías o no por ellas y hasta qué punto marcan tu trayectoria profesional son importantes consideraciones a tener en cuenta, que te facilitarán la integración en el extranjero.
Si estás confundida, no encuentras nada que te apasione o no sabes cómo incorporarlo en tu vida o profesión, contáctame. Me encantará ayudarte.