Siempre creí que el talento y las pasiones eran cosas del ocio y que poca cabida tenían en el terreno profesional.
Hasta que mi 40 cumpleaños o quizás una enésima mudanza trajeron un cierto vacío y la necesidad de ilusionarme de nuevo.
➡ ¿A qué quería dedicar mis siguientes años profesionales?
➡ ¿Qué se me daba bien?
➡ ¿Qué me inspiraba?
Dos pistas, que aquí comparto, resultaron clave en mi proceso de reinvención y autodescubrimiento:
🔎 El talento que ruboriza. Hay cumplidos que escuchas con indiferencia. Otros, en cambio, te remueven por dentro y calan hondo. Dan con tu esencia, con ese algo que haces muy bien. Son halagos que te sonrojan y apuntan a tus talentos.
🔎 La pasión que corroe. Cuando la pasión no encuentra cómo expresarse, corroe por dentro. Se transforma en envidia o juicio. Los modelos laborales que cuestionas o desapruebas vehemente pueden encerrar pasiones contenidas.
Una mirada honesta a tus entrañas te permite dar el salto y llevar una vida profesional más coherente contigo. Con tus talentos y pasiones. Con tu esencia.
Si te interesa tener más herramientas para este ejercicio introspectivo, te las iré dando en mi newsletter semanal. ¡No te las pierdas!✨

Si quieres, puedes
🔹 Rendir más🔹 Ganar más🔹 Gustar más Si quieres, puedes. Una frase que resuena con angustia en los que ya traemos la disciplina de serie. Nos empuja a