A los 18 años, algunos de los sólidos motivos por los que decides qué carrera estudiar suelen ser los siguientes:
▶ Tus padres quieren que la estudies.
▶ Tus padres la estudiaron.
▶ La universidad te queda cerca de casa.
▶ Tu amiga también va a estudiar esa carrera.
▶ Eres más de ciencias o de letras.
▶ Crees que te abrirá puertas.
▶ Tienes una vaga idea de qué se hace en la profesión y te suena bien.
▶ Es difícil (o fácil) y tú eres buena estudiante (o mala).
▶ Hay opciones prohibidas por tu familia, que no te atreves ni a mirar.
Salvo que seas una de las pocas personas que tienen una vocación clara a los 18 años, las razones por las que estudiaste lo que estudiaste no suelen estar excesivamente conectadas contigo.
Por tanto, es relativamente normal que, a lo largo de tu desarrollo, tengas dudas y ganas de cambio. Según vas entendiendo mejor quién eres y qué quieres, puede que no te sientas tan ilusionada con tu trayectoria profesional actual.
La reinvención profesional da miedo y te desestructura.
Pero es un gran ejercicio de autodescubrimiento. Una importante fuente de satisfacción y coherencia, que te cambia la vida. 💫
Si te estás planteando un cambio profesional y quieres aclarar las ideas y coger fuerzas, hablemos.