Cuando vives fuera, visitar tu ciudad de origen, a tu familia y amigos de toda la vida, te remueve un poco.
Por supuesto, hace ilusión. Te devuelve a una comodidad conocida, en que sabes manejarte.
Pero también te hace enfrentarte al cambio. ¿Quién eres ahora? ¿Sigues encajando? ¿Cómo perciben tu evolución?
Me generaba curiosidad qué dicen “en casa” de mi expatriación y le pregunté a mi hermano. Él posee la estabilidad, que, a menudo, anhelo. De sus palabras, constato, aliviada, que no piensa que he tirado mi carrera profesional por la borda (jajaja mi gran trauma) y que mis cambios, de un modo u otro, también han formado parte de su vida. 💙
“Recuerdo a mi hermana viviendo fuera desde que éramos muy jóvenes.
Una vez dejada atrás nuestra infancia repleta de juegos y de complicidades comunes y la compleja adolescencia de la que no salimos tan mal parados, cada uno seguimos un camino distinto.
Ella se lanzó a la aventura visitando nuevos sitios, cambiando de destino, empezando nuevos proyectos…
En mi caso, he vivido toda mi vida en la misma ciudad sin moverme más que lo necesario para volver rápido a la seguridad del hogar en Bilbao.
Para ella ha supuesto cambios importantes en su forma de vida, nuevos retos, enfrentarse a lo desconocido y para mí ha sido una posibilidad de conocer nuevos lugares durante mis vacaciones.
Para los dos ha significado un distanciamiento mutuo puntuado por inolvidables reencuentros aquí y allí.
La sensación de seguridad y de familia unida que tenía de pequeño ha desaparecido.
La opción de un mundo más grande, más lleno de posibilidades muchas veces me abruma, hace que prefiera la seguridad de lo que ya conozco a las posibilidades de un cambio a algo novedoso o que no controlo.
Pero en esos momentos me acuerdo de mi hermana y pienso, quizás ese salto es posible, quizás merezca la pena, quizás la felicidad está en el camino.”
¿Cómo te sientes cuándo vuelves a tu lugar de origen? ¿Sigues encajando? ¿Cómo viven tus familiares y amigos tu expatriación? ¿Te animas a preguntarles? Puede que inspires más de lo que creías…
Escríbeme y me cuentas. Te leo encantada.
