¿Qué quieres demostrar?

Nos pasamos gran parte de nuestra vida laboral intentando demostrar algo: lo mucho que sabemos, nuestras dotes de liderazgo, las horas que trabajamos, la habilidad para ascender o generar ingresos…

En mi caso, he pasado muchos años intentando demostrar lo lista que soy. Jajaja, así, tal cual. Estaba empeñada en que cualquier actividad profesional que desempeñara tenía que reflejar mi inteligencia. Y que debía medir si una oferta laboral me convenía o no en cómo me posicionaba intelectualmente. 

Debía de haber algo terrible y fatal en no ser muy inteligente, en no parecerlo, en no reflejarlo. Así que, mi tesis doctoral becada, premiada, publicada: bien. Mi interés por el coaching: desastre;-)

Esa necesidad de demostrar suele confundirnos mucho en los procesos de cambio de carrera o búsqueda de empleo. Nos hace poner en duda nuestros verdaderos intereses, nos ciega, nos esclaviza.

Es imposible demostrar lo que pretendes. Cuando yo me esforzaba con la investigación jurídica, muchos conocidos lamentaban mi precariedad económica. De hecho, no veían demasiada inteligencia en invertir tantos años en algo tan poco rentable. La gente no escucha necesariamente lo que tratas de comunicar. Tienen sus propios valores y esquemas y te clasifican conforme a los mismos. [Por no entrar, claro, en lo inútil de la mirada ajena; pero, qué le vamos a hacer, somos sociales y nos importa.] 

Además, tras esa imagen que tratamos de dar, hay mucho miedo. Miedo al descontrol. A la vergüenza. A que descubran cómo somos de verdad y no nos acepten. Miedo a no encajar. 

El esfuerzo por demostrar conlleva renuncias. Para demostrar nuestra capacidad de trabajo, llegamos tarde a casa y renunciamos a horas con la familia. Para demostrar nuestra profesionalidad y la seriedad de nuestro puesto, renunciamos a empleos, que nos hacen reír más.

¿Qué quieres demostrar? ¿De qué tienes miedo? ¿A qué estas renunciando?

El coaching es un espacio para pensar y desautomatizar, para cuestionar y entendernos mejor. Te animo a probarlo. Y, si quieres seguir aprendiendo sobre lo mucho que puede aportarte, no te olvides de darte de alta en mi newsletter.  

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