Quiero que mi hija, cuando sea mayor, se quede en casa. Al cuidado de sus hijos y de su hogar. Cocinando para su marido y disfrutando de su familia. Sin sueldo, sin ambición profesional, sin generar pensión.
¿Has oído a alguien decir algo así?
Yo no. Todas queremos que nuestras hijas estudien, se formen y aspiren a un trabajo que les haga felices e independientes. No sabemos si tendrán pareja o hijos. Ni siquiera nos importa. Lo que nos importa es que se preparen para ser autónomas.
De hecho, lo mismo que queremos para nuestros hijos.
Muchas mujeres expatriadas acompañantes renuncian a fantásticas carreras, inhiben sus ambiciones y guardan en el cajón sus habilidades y potencial, para acompañar a sus parejas.
Algunas dicen que esa opción les hace felices. Si eres una de ellas, no te interesará lo que escribo. No soy la coach adecuada para ti.
Si tanta renuncia te hace sentir pequeña… Si te parece que tu pareja asciende, evoluciona, se desarrolla y tú no… Si todo esto te remueve, te preocupa, te incomoda, te rebela… Tengo el programa perfecto para ti. Para ayudarte a ganar claridad y reinventarte profesionalmente en tu nuevo destino.
Estoy convencida de que tienes mucho que aportar a la sociedad, además de lo que ya aportas en casa a tu familia. La conciliación será difícil, sin duda. Siempre lo es y aún más en el extranjero. Pero será difícil para ti… y también para tu marido. Para tu hija… y para tu hijo.
Creo en una sociedad en que mujeres y hombres se desarrollan personal y profesionalmente y comparten los cuidados. Independientemente de las circunstancias de la pareja.